Te ubicas de la manera precisa en el vértice de mi muslo
cual media apretada presionas mi figura masculina que se aturde
antes tus gritos clericales en mis oídos gritan "sexo".
Traslapas la forma instantánea que mi lengua traza sobre tu paladar duro
y te erectas fálicamente para no dejarme caer en tus brazos flacos.
Atiendes mis suspiros
enfermera de manos suaves, perra clandestina inmaculada
la forma leve.